Agua en su
mayoría, glucosa, albúmina, globulina, lisozima, sodio y potasio: dicen los
químicos que esta es la composición de las lágrimas. El léxico, tan impío como
la ciencia, dice de ellas que son cada una de las gotas que segrega la glándula
lagrimal, aunque luego se arrepiente un poco de esta definición descarnada, y
habla de pesares y dolores. Para nosotros, humanos normales, las lágrimas son
eso, pero también otras cosas.
Llorar es una
muestra de humanidad, como lo es reir, puesto que ambos actos reflejan nuestros
sentimientos. La diferencia estriba en que la risa puede ser fingida, lo es
muchas veces, pero el llanto no. Evidentemente hay personas que pueden hacer
creer que lloran, aun no siendo cierto, pero no es lo habitual. La risa puede
surgir por simple contagio: vemos a alguien reír a carcajadas y reímos con él,
preguntando al momento por el motivo de las risotada. Sonreímos por
conveniencia social o por ocultar una pena que no deseamos explicar.
En cambio el
llanto asoma a nuestros ojos cuando él quiere, incluso, en ocasiones, a nuestro
pesar. Todos hemos vivido ese momento en que luchamos contra las lágrimas... y
perdemos. Los ojos nos brillan y cualquier observador que nos mire en ese
momento sabe que el llanto pugna por asomar mientras nosotros tratamos de
impedírselo. También se diferencia de la risa en la cantidad de significados:
reír es muestra de complacencia, de alegría, de un sentimiento positivo. El
lloro surge por multiples razones que van desde el dolor físico, hasta la más
profunda alegría. La emoción ante un
logro; el placer de ver al amigo tras largo tiempo de separación; el miedo ante
lo desconocido; el daño físico o moral, humedecen nuestros ojos. En los niños
el hambre, el frío, el aburrimiento incluso, llevan al sollozo en una solicitud
de ayuda frente las incomodidades de que son víctimas.
Algunas
personas no lloran nunca, mientras que otras se emocionan enseguida y sienten
sus ojos llenos de lágrimas con cierta facilidad. Los niños estallán en
lloriqueos con más rapidez que los adultos y las mujeres que los hombres.
Parece ser que el llanto de la mujer es un protector contra la agresividad
masculina, pues rebaja los niveles de testosterona del macho de la especie. De
cualquier manera, por razones biológicas o por cualquier otra, el llanto es más
frecuente entre las personas que tienen menos pudor a la hora de mostrar sus
sentimientos. Estoy convencida de que si se hiciera un estudio al respecto
descubriríamos que los meridionales lloran más que los nórdicos, mucho más
habituados a controlar sus demostraciones afectivas.
"Aviso: acabo de llegar y vengo con hambre." |
El acto de
llorar tiene connotaciones poéticas, sobre todo si quien lo realiza es una
mujer joven y bonita, que toma la precaución de llorar con dulzura, sin
aspavientos, y el poeta es un hombre, de preferencia uno que esté enamorado
de la joven bonita en cuestión. Recomiendo vivamente la lectura de las deliciosas
Instrucciones para Llorar, del genial escritor argentino Julio Cortázar.
Yo soy una
llorona. Lo confieso sin rubor, porque hace tiempo que me
reconcilié con mis
lagrimales. Hace unos años me avergonzaba y ocultaba mis lágrimas siempre que
podía, hasta que un día me di cuenta de lo absurdo de esa costumbre: si podía
mostrar mi alegría ¿por qué no había de hacer lo propio con el resto de
emociones?
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A. Agassi: emocionado en su última competición |
Mis últimas
lágrimas me han llevado a estas divagaciones. No contaré los motivos de que
fueran derramadas, solo que han sido recientes y amargas. Pero han tenido su
lado bueno: me han hecho pensar en el llanto en general y en mis sollozos en
particular, llevándome a la conclusión de que en los últimos tiempos he llorado
más veces de risa que de pesar. Es consolador descubrir que nuestra vida está
más plagada de sentimientos positivos que negativos. Y eso justamente es lo que
os deseo a todos: que cada vez que vuestros ojos se humedezcan sea porque la
felicidad ha decidido estallar ante vosotros y llenar vuestros días.
Fotos:
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Precioso!!! Abrazos, Amparo.
ResponderEliminarGracias por seguir leyéndome y por tus buenos consejos. Es un placer tenerte como amigo y consejero.
ResponderEliminarUn abrazo.
LLorar de risa, también es un estado de ansiedad...“Hay lágrimas que no consiguen salir y mueren en nuestro interior”...Besos.
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