Palacio "Johannisburg" visto desde el Main. Aschaffenburg |
Desde la perspectiva de mis amigos y familiares españoles vivo en
Alemania, pero eso es como decir que vivo en Europa: demasiado genérico. De
hecho ninguno de mis parientes y conocidos alemanes lo vería así jamás. Ellos
dirán que soy de la tierra del Brez´n y el habla gutural; de las mujeres con
Dirnd´l, los hombres de largos bigotes y
pantalón de cuero y las jarras de litro llenas de cerveza que no se comparten,
porque son para beber uno solo. Vamos, que yo vivo en Baviera.
Bueno, no del todo: en realidad vivo en Franken. Para ser más exactos,
en Unterfranken. Esto también es importante, porque nosotros tenemos más sol,
un clima más suave y la gente es mucho más simpática que en Ober y
Mittelfranken. Al menos eso dicen por aquí. Yo no noto una gran diferencia,
pero será porque soy extranjera.
Franken (Franconia en español) es una región situada al oeste de
Baviera que políticamente pertenece a este estado, pero sentimentalmente, no
del todo. Somos bávaros a final de septiembre, cuando celebramos nuestra Oktoberfest (que sí, se
Janker de niño |
La diferencia más importante entre nosotros y Bayern, es el idioma: nosotros hablamos fränkisch y ellos bairisch.
A mis oídos suena a diferentes formas de pronunciar la misma palabra, pero no
se lo digais a mis paisanos porque aquí el hacer semejante comentario puede ser
causa de destierro.
"Gracias a Dios, soy un franco" |
Muchas de las leyendas que conocemos tiene su origen en esta rivalidad
entre unos y otros. Piensan los historiadores que el mito de Osiris e Isis, sin
ir más lejos, nació en en esta región,
donde parece ser que una vez hubo un
turista que, disfrutando de una puesta de sol en Spessart exclamó “¡que bonito
es el atardecer en Baviera!” Fueron sus últimas palabras. Su viuda se dedicó a
recoger los restos del hombre, que se hallaban repartidos a lo largo del Maa (Main, en alemán y Meno en español)
para darles piadosa sepultura. Puede que sea cierto, porque desde luego los
parelelismos entre ambas historias son asombrosos.
Se cuenta que en alguno de esos repartos que se hicieron en Alemania,
nos adjudicaron a Baviera, sin preguntar a nadie y sin tener en cuenta que los
habitantes de esta zona se sentían bastante independientes del resto. De ahí a
la antipatía solo había un paso y no costó nada darlo. Afortunadamente la sangre no ha llegado al Maa y y nos permitimos, muy de vez en
cuando, presumir de “bavaridad”, aunque solo sea a la hora de vestirnos para
las fiestas o de beber cerveza, cosa esta última que hacemos como si hubiéramos
nacido todos en pleno centro de Munich.
En realidad, si lo pienso bien, ser bávaro no es tan malo. Lo
terrible, lo verdaderamente espantoso sería que nos confundieran con prusos. Pero
de eso hablaré otro día.
Un poema dedicado a Aschaffenburg, escrito en fränkisch y su traducción al alto
alemán y al castellano.
O du mei
liebes Ascheborg
Du
Städtsche wunnerbor
Wie
liegste drin im griene Tal,
Sou schöi, sou sunnekloor!
Ascherborjer Posse. Karl Reuß
(Poeta de Aschaffenburg, que escribe en el dialecto de la zona)
Alemán (Hochdeutsch) Castellano
O du mein liebe
Aschaffenburg ¡Oh, tú, querida
Aschaffenburg!
Du wunderbare Stadt ¡Tú,
ciudad maravillosa!
Wie liegst du im grüne Tal, ¡Cómo yaces
en el verde valle,
So schön, so sonnenklar! tan
bella, tan radiante!
Fotos:
Qué "vavaridad" no sé si alguno de ellos sería tan buena cronista como tú, pero de eso, por que ellos no te leeran, damos fe los de aquí. Genial como siempre,Amparo.
ResponderEliminarGracias, preciosa.
EliminarTe agradezco de corazón que sigas leyendo este blog y, en este caso particular, tus palabras, siempre llenas de afecto.
Tenerte por compañera y amiga es un lujo.