Amigos.
Nadie más. El resto es selva.
Jorge
Guillen
1. f. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra
persona, que nace y se fortalece con el trato.
Diccionario
de la RAE, primera acepción
Amistad |
Amigo ¿habrá palabra más desvirtuada? Llamamos “amigo” al compañero de borrachera,
al conocido en el puesto de trabajo, al desconocido de la red social. Es de
esas palabras que van modificando su significado, hasta que un día descubrimos
que quiere decir algo totalmente distinto a lo que representaron en su origen.
La amistad ha sido uno
de los bienes más valorados a lo largo de la historia. Se le ha considerado
refugio, apoyo, compañía; el amigo fue llamado hermano, padre, parte del alma,
el otro yo. Un amigo era alguien especial y único, porque se tenía uno, quiza
dos; nunca más.
Hoy, por el contrario,
tenemos cientos de presuntos “amigos”, gente a la que incluso contamos nuestros
problemas laborales, familiares, intimidades que antes reservábamos para el
hogar y que ahora difundimos sin pudor, sabiendo que van a ser leidas por un
puñado de desconocidos.
Apoyo incondicional |
Un día tenemos un
problema serio o una preocupación importante y nos sorprendemos al descubrir
que esos supuestos compañeros no lo son tanto, que ni los conocemos, ni nos
conocen, que no tenemos el menor valor para ellos. Entonces reaccionamos
pensando que la amistad no existe sin caer en la cuenta de que hemos querido convertir
a un nombre en persona y a un contertulio en parte de nuestra vida, cuando solo
era parte de nuestra charla.
Porque la Amistad, en
mayúsculas, sí existe. Es que vive escondida en el corazón de personas a las
que no hemos prestado atención, por lo que no podíamos verla. Aparece cuando la
necesitamos, tal vez donde menos lo esperábamos, pero ahí está, observando de
lejos y dispuesta a mostrarse cuando más falta nos hace. El verdadero
incondicional es como el paraguas, que aparece cuando llueve, aunque nos lo
olvidemos por cualquier sitio al salir el sol, un corazón noble que nos anima
cuando fracasamos y se alegra profundamente con nuestros éxitos, cosa esta última
mucho más difícil que la primera.
La gran diferencia
entre los llamados “amigos” y el Amigo se advierte en la sonrisa, aunque no en
la suya, sino en la nuestra: cuando sonreimos todos son “amigos”. Si no lo
hacemos solo el Amigo sigue a nuestro lado.
Hay amistades que no debieron surgir jamás |
Claro que también por ello hay que pagar un
precio: quien quiera tener un buen amigo ha de empezar por serlo él mismo, que
son muchos los que se quejan del abandono al que se ven sometidos, pero no
advierten que ellos fueron los que comenzaron a descuidar al otro. Ya decía
Sócrates, allá por el siglo V a.C., que no debemos “dejar crecer la hierba en el camino de la amistad”, significando
con ello que debemos acercarnos al amigo periódicamente si queremos
conservarlo.
Soy afortunada por
poder contar con algún Amigo y también con muchos amigos. Estos últimos son buenas
personas que siempre tienen una risa preparada para compartir conmigo. En cuanto a los otros, los que nombro
con mayúscula, puedo contarlos con los dedos de una mano; la misma que ellos
han recogido entre las suyas cuando empezó a temblar de frío. La misma que
reservo para ellos, por si la necesitan algún día, que, como decía antes, no se
puede esperar afecto sin darlo previamente.
Fotos:
http://www.fotolog.comhttp://www.tuentifotos.com
http://www.pampling.com
¿Puedo llorar? Porque, si se puede llorar, empiezo ya...
ResponderEliminarYo, con toda probabilidad, no seré la mejor amiga del mundo; pero, espero que sepas y, sobre todo, que sientas, que aquí me tienes para cuando te apetezca reír, llorar, soñar o arreglar el mundo... A más de 18h según GoogleMaps, pero aquí, con unas cuantas coca colas cero esperando en la nevera y un cenicero vacío pendiente de nosotras ;)
¿Ves? Si es que a mí no se me puede dejar sola... ^_^
Ya lo sabes <3
¿Tan mal te ha parecido que vas a llorar?
EliminarTú eres una buena amiga. De hecho si tuviera que llorar por algo en este momento, seguramente lloraría contigo
La amistad se puede abordar desde muchas perspectivas. Por ejemplo, podríamos decir que la amistad es cosa de dos: desde este punto de vista quizás sea hasta injusto criticar al supuesto amigo que nos decepciona, porque no es "su amistad" la que nos ha fallado, sino "la nuestra", es decir, la que ambos teníamos en común.
ResponderEliminarTambién ocurre a veces que los desengaños nos sobrevienen por nuestra propia irresponsabilidad: es tal el deseo de amistad de personas de buena voluntad como nosotros que muy a menudo nos hacemos amigos de quien no debemos. La amistad ha de ser un deseo selectivo de comunión hacia aquel que es como nosotros: un buen amigo.
Ya sabes lo que particularmente pienso de la amistad: no confío demasiado en ella. Pero esta forma de pensar mía no es más que consecuencia de mis malas experiencias, no de que crea realmente que la amistad no merezca la pena. Al contrario, reconozco que no se puede ser plenamente feliz sin amigos, sin buenos amigos, sin su trato y su compañía. Y es que en esto también hay que ser muy claros: las amistades requieren de trato y compañía. Las amistades requieren una vida en común con el amigo, presente, real, sostenida en el tiempo, o como dice la RAE, la amistad "nace y se fortalece con el trato". Los amigos virtuales puede que en algunos casos lleguen a este grado de comunión, aunque no es frecuente.
Y sin embargo, se me ocurre que quizás si tú y yo nos hubiésemos conocido en persona y no virtualmente, es probable que jamás hubiéramos llegado a ser amigos. Quién sabe, tal vez seríamos unos completos desconocidos si nos hubiésemos encontrado físicamente charlando de cualquier cosa banal y no como lo hemos hecho, leyéndonos en estos medios virtuales. Incluso no sabría decirte si ahora somos o no somos amigos realmente. Lo que si me atrevo a decirte es que no he conocido ni física ni virtualmente muchas personas de las que me gustaría tanto que fuesen mi amiga.
La opinión habitual es que la amistad es siempre "supuesta", hasta que puede demostrarse.
ResponderEliminarYo prefiero lo contrario: pensar que somos amigos y ya veremos si algún día he de cambiar de opinión
Mi amiga y yo estábamos en la sala de espera del consultorio médico y charlábamos animadamente de nuestras cosas, de lo bien que le quedaba el pelo corto, de lo delgadita que estaba, en fin de lo realmente guapa que estaba,... esa espera resultaba interminable pero casi las dos queríamos que fuese así, porque las dos sabíamos que al salir de esa consulta ya no seríamos las mismas.
ResponderEliminarLos minutos pasaban lentos muy lentos, lo único que deseábamos era salir de allí con una sonrisa y decir: ¡qué suerte ha sido solo un susto!
Los minutos pasaban hasta que finalmente se abrió esa puerta y ya no había una sonrisa en nuestros labios, pero nos dijimos las dos al unísono: ¡qué suerte que te tengo como amiga!
La Amistad es el sentimiento más noble, ¡gracias amiga mía!
Nunca me había parado a pensar seriamente sobre la amistad, la verdadera amistad. Yo también me alegro, muchísimo, de contar con tan maravillosos Amigos (sí, con mayúscula); y sobre todo, con todos esos que me hacen reír cada día, incluso cuando no me apetece nada de nada.
ResponderEliminarUn besazo enorme, Ampa.
P.d. Soy Noelia, espero que me reconozcas... :)