Llega la hora de
relajarse un rato. No me apetece leer, porque lo he hecho durante varias horas,
así que decido dedicarme a otras de mis pasiones: el cine y los refrescos de
cola.
Me sirvo un vaso bien
grande de bebida fresca y escojo una de mis películas chinas para el relax: Detective Dee
y el misterio de la llama fantasma. Me encantan algunas películas de esa
nacionalidad, tan coloridas y llenas de acción, con esas coreografías
maravillosas creadas para escenificar las peleas y esta concretamente, es una
de mis favoritas.
Solo me ofrece dos
opciones de lenguaje, chino y alemán, y como no tengo ganas de ponerme a leer
subtítulos, escojo el segundo idioma. Al principio todo va bien. Las voces me
suenan extrañas, más graves y menos cantarinas que las originales chinas, pero
sigo prefiriendo eso a la lectura que me obligaría a desviar mi atención de las
imágenes y, lo que es peor, a ponerme otra vez las gafas.
Aparece en escena un
visitante llegado de lejos. Es un legado romano que viene a presentar sus
respetos a la emperatriz y que es invitado a visitar una monumental escultura
que están construyendo. Por un segundo me pregunto si hablará latín, pero de
pronto dice sus primeras palabras y yo abro la boca y los ojos en un gesto de
asombro, que pronto dará paso a una carcajada más colosal aún que la estatua
cuyo interior visitan. Porque el embajador de roma, vestido con su túnica,
lóriga y hasta cingulum, portando en
su mano una magnífica galea y en sus
pies las caligae, como buen soldado,
acaba de exclamar: ¡Oh! Es impresionante
¡y lo ha dicho en el mejor castellano del mismísimo centro de Soria que he oído
en mi vida!
Ya había escuchado
otras veces chocantes doblajes alemanes en los que una mexicana habla con
acento de Valladolid, claro, pero no es lo mismo. Entiendo que para un alemán
lo importante sea que se note que es español, para diferenciarlo de cómo hablan
los demás, pero hacer que un romano hable en la lengua de Castilla me parece
excesivo, la verdad.
Los estadounidenses no
son mucho mejor, por supuesto, y no tienen problema en hacer que un español
hable como si se hubiera criado en Guanajuato y se alimente de enchiladas como
si no conociera otro menú. Me parece muy triste. Si leyésemos un libro
exigiríamos una cierta exactitud y no se concibe que nadie sitúe a Buenos Aires
al lado de Burgos, pero lo aceptamos en las películas.
Aún recuerdo a Tom
Cruise corriendo delante de los toros en un encierro pamplonica... por las calles de Sevilla. O ¿qué decir de Indiana Jones en su aventura de la calavera
de cristal? Allá iba nuestro protagonista paseando por un mercado peruano,
mientras a su espalda escuchábamos una preciosa canción interpretada ¡por un
mariachi! Por favor, señores de Hollywood, que los peruanos tienen una música
preciosa y por muy bien que suene un mariachi (que a mí particularmente me
encantan) no se les ha perdido nada en Perú. Les hubiera bastado con preguntar
a alguien o dar un paseo por la calle, que tampoco es algo complicado, para
descubrir que cada país tiene sus tradiciones, costumbres, alimentos y música. Esto ya me indigna,
pero lo del romano hablando castellano peninsular ha sido el remate.
De
momento, volveré a ver la película en chino, aunque me deje los ojos con los
subtítulos. Mis oídos ya no soportan oir estos doblajes. Adoro a los mexicanos
que hablan en mexicano y quiero que Buenos Aires siga siendo la preciosa ciudad
que es, sin moverse de Argentina ni un milímetro, que es donde debe estar.
Y, por encima de todo,
me gustan los romanos que hablan latín.
Ayer mismo escuché en un programa de la tele que en algunos doblajes al castellano de películas americanas sobre indios y vaqueros los dobladores españoles se inventaban el dialecto nativo para que los personajes pareciesen originales indios americanos.
ResponderEliminarLiteralmente: se lo inventaban. Y lo cierto es que les quedaba muy bien, parecían auténticos indios del oeste americano. Supongo que un indio de verdad notaría la diferencia, o puede que esta ocurrencia de los dobladores le pareciese ofensiva. Pero al menos los españoles tuvieron el detalle de "imitar" a los indios. ¿Sabes en que lengua hablaban los indios en la versión original? Te sorprenderías: ¡en español!
¡Qué curioso! Si los romanos hubiera descubierto América habrían hecho buenas migas con los indios: hablaban el mismo idioma :)
Está claro que para los cineastas de países en que no se habla castellano, este es el idioma exótico por excelencia. Porque no quiero pensar que lo hacen al estar convencidos de que los apaches tuvieran el español como lengua materna.
Eliminar¿Será por eso que en Alemania, cuando algo no se entiende se dice "das kommt mich Spanisch vor"? (esto es español para mí)