jueves, 21 de marzo de 2013

Felicidad

«En este primer Día Internacional de la Felicidad, fortalezcamos nuestro compromiso con el desarrollo humano inclusivo y sostenible y reafirmemos nuestra promesa de ayudar a los demás. Obrar por el bien común también nos enriquece. La compasión fomenta la felicidad y nos ayudará a construir el futuro que queremos.»
Secretario General Ban Ki-moon
Mensaje del Día Internacional de la Felicidad
20 de marzo de 2013
 
 
 
 
 
Cartel para el Día Mundial de la Felicidad
Esta tarde he descubierto que hoy es el Día Mundial de la Felicidad (que se celebra este año por primera vez), lo que me ha producido sentimientos encontrados. Por regla general yo soy muy partidaria de los “días de...”, sea el de la lucha contra el sida o el del padre. Estoy convencida de que debemos procurar que todos los días se trabaje por erradicar enfermedades o se honre a los padres, los maestros, las lenguas del mundo y cualquier otra cosa que se nos ocurra, pero también es cierto que no lo hacemos, así que no está de más que se nos de un toque de vez en cuando. Ahora bien ¿conseguiremos algo con este día? y, lo más interesante de todo ¿es la felicidad un valor absoluto? ¿entendemos todos lo mismo cuando se habla de ella?

Smiley, probablemente la sonrisa más famosa
del mundo.

Yo me considero una persona feliz, si bien no sabría decir porqué exactamente. Mis días no son mejores que los de otros. No tengo más dinero, más salud, más belleza, más éxito que otras personas. Y, sin embargo, me siento feliz con mi vida. Claro que no vivo en una nube rodeada de comodidades y con todas mis necesidades cubiertas, escuchando cantar a los serafines y sintiendo que los dioses me sonríen. A ratos me siento satisfecha... a ratos solo. Teniendo eso en cuenta ¿qué es la felicidad? ¿por qué soy feliz? Me gustaría averiguarlo. Así podría compartirlo con otros y ellos también serían felices, pero ¿hay una fórmula? Decía Groucho Marx (uno de mis “filósofos” favoritos) que “la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...”, que es una frase muy divertida, pero no expresa una realidad, puesto que “poseer” no es sinónimo de “ser feliz”.
Pirámide de Maslow: unas necesidades surgen
cuando se realizan las otras. En la punta quizá esté
la tan ansiada felicidad.
Me pregunto ¿qué me produce dicha? y automáticamente surgen varias respuestas: la sonrisa de mi gente; el cariño que me ofrecen y que no es sino el reflejo del que yo siento por ellos; ver a mi familia sana y satisfecha; la cercanía de mis amigos; el recuerdo de momentos luminosos... Me siento contenta cuando termino con mi tarea, aunque no me haya quedado perfecta. por que no la dejé a medias; también cuando acaba el invierno, al ver los primeros jacintos y cuando llega el frío y saco mi jersey favorito; cuando vuelvo a mi país y como croquetas de jamón o cuando regreso a casa y me deleito con un Brezel y un par de Weißwürstchen; cuando sale el sol, tras varios días grises o cuando cae lluvia en verano y puedo salir a buscar caracoles.  Me llenan de alegría las pequeñas cosas cotidianas y también otras que disfruto tras mucho tiempo de no tenerlas. Imagino que alguna persona dirá que eso no es “felicidad”, sino simples pequeñas alegrías, pero yo no las siento así. La alegría me acompaña siempre, porque no soy una persona triste, pero la felicidad solo la siento a ratos. Concretamente en esos ratos. En cierto modo me atrevería a decir que soy feliz, porque estoy convencida de serlo y creo que las personas que no creen en la existencia de la felicidad nunca llegarán a ser dichosos, porque interpretarán cuanto les ocurra como “cosas normales que vive cualquiera”, sin disfrutar de ellas.
Como a base de divagar se ha acabado el día sin resolver mis preguntas, dejaré el tema para que lo discutan personas más sabias que yo y trataré de seguir siendo feliz con el sistema que he usado siempre: ver felices a los que me rodean y tratar de hacer a otros partícipes de  mi alegría.
 
Al fin y al cabo lo único que hemos de tener presente siempre es que la felicidad, como la risa, es más grande cuanto más se comparte.

 

 

 
 
 

Fotos:
comocualquiera.com
m24digital.com

4 comentarios:

  1. Gracias, Amparo, por tus palabras y como decía Neruda en su Oda al día Feliz:


    ESTA vez dejadme
    ser feliz,
    nada ha pasado a nadie,
    no estoy en parte alguna,
    sucede solamente
    que soy feliz
    por los cuatro costados
    del corazón, andando,
    durmiendo o escribiendo.
    Qué voy a hacerle, soy
    feliz.
    Soy más innumerable
    que el pasto
    en las praderas,
    siento la piel como un árbol rugoso
    y el agua abajo,
    los pájaros arriba,
    el mar como un anillo
    en mi cintura,
    hecha de pan y piedra la tierra
    el aire canta como una guitarra.
    Tú a mi lado en la arena
    eres arena,
    tú cantas y eres canto,
    el mundo
    es hoy mi alma,
    canto y arena,
    el mundo
    es hoy tu boca,
    dejadme
    en tu boca y en la arena
    ser feliz,
    ser feliz porque si, porque respiro
    y porque tú respiras,
    ser feliz porque toco
    tu rodilla
    y es como si tocara
    la piel azul del cielo
    y su frescura.
    Hoy dejadme
    a mí solo
    ser feliz,
    con todos o sin todos,
    ser feliz
    con el pasto
    y la arena,
    ser feliz
    con el aire y la tierra,
    ser feliz,
    contigo, con tu boca,
    ser feliz.

    Pablo Neruda

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    1. Gracias por compartir conmigo ese poema. Qué bello es poder decir ¡soy feliz! así, sin que pase nada.
      Espero que nosotras podamos decirlo siempre.

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  2. A la felicidad los griegos la llamaban "eudaimonia", que quiere decir algo así como "vivir bien". Pero fíjate que no es lo mismo vivir bien que estar bien. Lo primero implica movimiento, dinamismo, actividad. Uno puede estar alegre, contento, satisfecho, cómodo... pero "estar bien" no es lo mismo que "vivir bien" o que ser feliz.

    Has nombrado un montón de cosas que te hacen sentir bien: ver a tu familia sana y satisfecha, la cercanía de tus amigos, una cerveza fría, el momento en que florecen las flores tras el invierno... Piensa ahora por qué te hacen sentir bien, qué hay en cada una de esas cosas para que te hagan estar feliz. Yo puedo ver esas mismas cosas en mi vida y, sin embargo, no sentir la dicha que tú sientes. Piensa ahora que --Dios no lo quiera-- algún día puedas perder algo que te produzca esa alegría o satisfacción. Sin duda que sería una pérdida, pero ¿dejarás por ello de ser feliz? En ninguna de esas cosas, por deseables y necesarias que sean para vivir bien, encontrarás el secreto de tu felicidad. ¿Dónde pues?

    Como decían los griegos, la felicidad es una cierta actividad, un "vivir bien". No sé si te habrás dado cuenta, pero tú misma te has delatado escribiendo lo que has escrito. Al final del todo revelas el secreto de tu felicidad: "tratar de hacer a otros partícipes de mi alegría". Esa es tu actividad, el secreto de tu felicidad, y por eso me alegra y "me hace feliz" haberte conocido.

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  3. Gracias por tus palabras, Daniel.
    Es un motivo más de felicidad para mí el saber que a ti te hace feliz el mero hecho de conocerme y solo puedo decir que comparto absolutamente ese sentimiento: a mí me hace feliz el contarte entre mis gentes cercanas.

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