Esto es AMOR... |
Estoy enfadada con los
obispos. Esto no es nada nuevo: las élites religiosas tienen una facilidad
extraordinaria para enfadarme cada vez que abren la boca.
Esta vez lo han logrado
haciendo algo que siempre me ha parecido fuera de lugar: poner en entredicho
una decisión de la judicatura y además actuar con exigencias en campos que no
les competen.
En esta ocasión le ha tocado al matrimonio entre
homosexuales, calificado de “falto de fidelidad a la Constitución”, pese a que
el mismísimo Tribunal Constitucional lo ha aprobado y pese a que la Carta Magna
española defiende el derecho al matrimono de todos los ciudadanos, sin
especificar su sexo. Una vez comprobada la inutilidad de ese argumento vienen
con el siguiente: "Pensamos, en particular, en el derecho de
quienes contraen matrimonio a ser reconocidos expresamente como esposo y
esposa; en el derecho de los niños y de los jóvenes a ser educados como esposos
y esposas del futuro; y en el derecho de los niños a disfrutar de un padre y de
una madre, en virtud de cuyo amor fiel y fecundo son llamados a la vida y
acogidos en una familia estable... " (El País,
versión digital, 08/11/12)
... esto es BELLO... |
Parece ser que nuestros mitrados siguen jugando con la idea de que
todos los matrimonios han de tener hijos propios y que los niños deben ser
educados por seres de diferente sexo para que cuando sean mayores se unan a su
vez a personas del sexo contrario, cosa que no sucederá si sus progenitores son
del mismo sexo, porque la homosexualidad, como la gripe, se contagia por
contacto.
Dicho de otra forma: para los prelados no son matrimonios aquellos en
que las parejas sean estériles, tengan hijos adoptados, sus hijos se queden
solteros para siempre en lugar de convertirse en “esposos y esposas del futuro”
o, simplemente, aquellos en los que uno de los cónyuges le es infiel al otro
repetidamente, faltando al “amor fiel y fecundo”. Pero no. Esto es solo lo que parece. En
realidad todas esas cosas no son
criticadas. Tampoco el que un niño crezca en el seno de una familia rota por las
discusiones, infidelidades o violencia de los padres, que eso no preocupa a estos señores.
Lo que de verdad les molesta es que se llame matrimonio a la unión de personas
del mismo sexo y que estos críen niños.
... esto ni es amor, ni es bello |
Pues miren, Sus Ilustrísimas, resulta que las palabras son entes vivos
que se van modificando con el tiempo y cambian su significado y a día de hoy,
matrimonio es un contrato legal realizado entre dos personas adultas, con
consentimiento de ambas partes y sin interferencias de terceros (incluyendo
élites religiosas varias). Resulta también, que lo que necesitan los niños para
crecer son personas que les quieran y se ocupen de ellos con amor y atenciones
y nadie nos garantiza que la combinación de sexos opuestos tenga la exclusiva en
el reparto adecuado de afecto.
De cualquier modo no voy a entrar en explicaciones, que ustedes ni
merecen, ni escuchan. Solo les pediría un favor: ocúpense de su grey, repartan
comida entre los necesitados, curen al enfermo, aconsejen a quien les pida
ayuda, pero, por lo que más quieran, dejen a la gente vivir en paz. Respeten a
las personas y, por encima de todo, recuerden que sus seguidores quizá estén
obligados a obedecer sus consignas, pero los demás no tenemos porqué aguantar
sus sermones. No nos gustan y no queremos oirlos. Si algún día cambiamos de
opinión, ya les avisaremos.
Fotos:
http://ensentidocontrario.comhttp://homovoz.blogspot.com
http://www.webdehogar.com
Muy buenooooo!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMuy bueno, Amaparo. Es una lástima que esta chusma no opine como tú.
ResponderEliminarFíjate que yo, pese a compartir gran parte de lo que escribes, sí pienso que la cuestión del matrimonio compete a los obispos, esto es, a la Iglesia. O más específicamente, a la religión. En lo que no estoy de acuerdo es en que competa "exclusivamente" a la Iglesia, que es lo que en el fondo quieren los obispos. Eso sí que no.
ResponderEliminarLa cuestión compete a la Iglesia, al Tribunal Constitucional, al Derecho, a la Filosofía, a la Moral... Y supongo además que se tratará siempre de una cuestión abierta, sin posible solución. Fíjate también que lo que en realidad plantean los obispos es una defensa no del matrimonio como institución, que esa no está en peligro, sino una defensa del término "matrimonio" para que se utilice exclusivamente para la unión del hombre con la mujer, y no en otros casos. ¡Es una discusión filológica! Luego además de a la Iglesia, a la Constitución y a todo lo demás, al final la cuestión la debe dirimir la Real Academia de la Lengua y los filólogos. ¡Qué curioso!