domingo, 8 de diciembre de 2013

Corona de Adviento. Segunda Vela

 Domingo, 8 de diciembre. Segunda Vela
 
 
Esta semana ha traido noticias tristes. De entre ellas la que más me ha apenado ha sido la muerte de Nelson Mandela. Sé que hay seres especiales que no mueren nunca y Madiba es uno de ellos, pero su marcha deja un vacío muy grande. El mundo necesita héroes a los que pueda escuchar y tocar.

Su vida ha sido un ejemplo de lucha y sufrimiento. Tras tantos años de dolor y trabajos, cuando parecía que había ganado la batalla y podría retirarse a descansar, siguió trabajando, porque él sabía que no basta con llegar a la meta: tras ella aparece otra calle que recorrer.

Al fin, siendo ya un anciano, se dirigió a nosotros (a todos, sin excepción) para pedirnos algo y yo, que creo en él y en sus palabras, tomo su petición y la hago mía, repitiendo, mientras enciendo la segunda vela de mi Corona de Adviento:

"Donde quiera que haya pobreza y enfermedad, donde quiera que los seres humanos estén siendo oprimidos, hay trabajo por hacer. Después de 90 años de vida, es tiempo de que nuevas manos emprendan la tarea. Ahora está en vuestras manos". (Discurso de N. Mandela en Hyde Park, Londres. 2008)
 
Este es mi segundo deseo: no escuchar a quien diga lo contrario, porque sí es posible; un solo ser humano puede cambiar el mundo.




1 comentario:

  1. Encenderé yo también mi segunda vela en recuerdo de Mandela y por que ni las injusticias ni el deseo de venganza nublen jamás la mente del hombre justo.

    Entre un montón de velas pequeñitas encontré una vela de las gordas en casa, que además desprende olor a vainilla. Ésa fue mi primera vela y mi primer propósito de enmienda. No me quedan velas de ese tamaño ya por casa, así que en recuerdo de Mandela tendré que encender una más modesta. El año que viene no me cogerá el Adviento tan desprevenido.

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